"¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?"
El apóstol Pablo está recordando a los creyentes de Corinto acerca de su identidad como seguidores de Jesucristo y cómo el Espíritu Santo habita en ellos.
La afirmación inicial, "¿No sabéis que sois templo de Dios?", implica que los creyentes son considerados como un lugar sagrado y consagrado. Así como el templo en el Antiguo Testamento era el lugar donde la presencia de Dios residía, ahora cada creyente es un templo individual en el cual la presencia de Dios habita.
La segunda parte del versículo, "y que el Espíritu de Dios mora en vosotros", enfatiza que el Espíritu Santo, que es la tercera persona de la Trinidad, reside en cada creyente. Esto implica una conexión íntima y personal entre el creyente y Dios a través de la presencia del Espíritu Santo en su vida.
El versículo 1 Corintios 3:16 nos enseña que somos considerados el templo de Dios y que el Espíritu Santo mora en nosotros. Es una afirmación de la cercanía y la intimidad que tenemos con Dios debido a la presencia del Espíritu Santo. También implica la responsabilidad de cuidar y honrar este templo, viviendo en obediencia y consagración a Dios.
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